un resumen de nuestra doctrina
Creemos que la Biblia es la inspirada Palabra de Dios. Conocida también como las Sagradas Escrituras, es inerrante, infalible, segura y única regla de fe y conducta para el creyente. En ella encontramos la revelación del carácter y la voluntad de Dios para los hombres, así como todos los asuntos concernientes a la salvación. Como creyentes, es nuestro deber anhelarla, amarla, estudiarla y obedecerla
(2 Timoteo 3:14-17, 2 Pedro 1:19-21, Salmo 19:7-11, Josué 1:8-9, Salmo 119:9-11, Hebreos 4:12)
Creemos que Dios es la persona mas importante de todo cuanto existe y es digno de toda honra, gloria y alabanza. Dios es la suprema autoridad del universo, a quien se le debe toda honra, gloria y adoración de parte de ángeles y de los hombres. Dios es UNO, pero a la vez tres personas: El Padre, Hijo y Espíritu Santo, iguales en gloria y poder, aunque diferentes en roles y funciones.
(Deuteronomio 6:4-5, Jeremías 10:6-13, Isaías 40:28-29, Romanos 11:32-36, 1 Timoteo 6:13-16, Éxodo 34:5-7, Hechos 17:24-28, Apocalipsis 4:8-11, Mateo 28:18-20, 2 Corintios 13:14, Gálatas 4:4-6)
Creemos que Dios creó al hombre para tener plena comunión con El y para reflejar su carácter y gloria, creado a imagen y semejanza de Dios. Creemos en el hombre como un ser con una parte material y una inmaterial, unidos en un solo ser material y también espiritual. El primer hombre pecó y con ello la muerte entró en el mundo como consecuencia de su pecado y fue transmitido a toda su descendencia. Por ello, todos los seres humanos son pecadores y están condenados.
(Génesis 1:26-31, Génesis 2:7, Romanos 8:28-30, Roanos 5:12, Efesios 2:1-3, Tito 3:3-5, Efesios 4:22-24)
Dios ha provisto los medios de la salvación a través de la persona de Su Unigenito Hijo Jesucristo, a quien designó como el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo y el unico y suficiente salvador. Cristo entregó su vida para pagar la pena del pecado de la humanidad perdida y por la sola fe en su sacrificio somos salvos. Cristo es el Dios-hombre, el Hijo Unigénito del Señor donde se unen las naturalezas humana y divina de manera completa y perfecta. Cristo se hizo pecado por nosotros, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en El.
(Genesis 3:15, Hebreos 10:12-18, 1 Pedro 1:17-21, 1 Timoteo 2:5-6, Juan 14:16, Hechos 10:37-43, Colosenses 1:15-20, Juan 1:14-18, 2 Corintios 5:21, Gálatas 3:13-14, Mateo 11:25-30)
Creemos que todos aquellos a quienes Dios en su misericordia llama a salvación, vendrán a El para ser salvos de sus pecados. En la salvación ocurre un intercambio glorioso: nuestra pecaminosidad es pagada en la cruz y a nosotros se nos cuenta la justicia perfecta de Cristo. Nuestros pecados son perdonados, recibimos la vida eterna y pasamos de muerte espiritual a vida espiritual. Dios nos sienta en los lugares celestiales y nos justifica por su gracia aravillosa. Dios nos ha adoptado hijos suyos e incluido en su familia por la gracia del Unigénito Hijo de Dios.
(Juan 6:44-46, Filipenses 2:12-13, Juan 1:12-13, Gálatas 3:24-29, Romanos 8:14-17, Efesios 1:3-6)
Creemos que el creyente es liberado del poder del pecado y recibe la capacitación para vivir una vida santa y agradable a Dios. El creyente debe batallar contra su carne todos los días de su vida por medio del poder del Espíritu Santo de Dios.
(Romanos 6:1-7, 1 Tesalonicenses 5:22-24, 1 Corintios 6:9-11, Gálatas 5:16-25, 1 Corintios 9:24-27, 1 Pedro 1:1-5, Efesios 2:8-10)
Creemos que el creyente no es salvo por obras, pero es salvo para hacer buenas obras, las cuales Dios ha preparado de antemano. El creyente perseverará en la fe por siempre dado que Dios es el autor y el consumador de dicha fe. El creyente puede estar seguro de su salvación por los méritos y perfección del sacrificio de Cristo Jesús a su favor.
(Efesios 2:8-10, Tito 2:11-14, Hebreos 10:23-25, 1 Pedro 2:11-12, Hebreos 6:10-12, Juan 10:27-29, Filipenses 1:6, Gálatas 4:6-7)
Creemos que Dios restablecerá todas las cosas en una nueva creación libre de dolor, muerte y pecado, donde los santos vivirán en perfecta comunion con Dios por toda la eternidad. Los impios padeceran pena de condenacion eterna.
(Apocalipsis 22:1-5, 14-15)
Creemos que la iglesia es el cuerpo de Cristo, el conjunto de los creyentes en Cristo Jesús de todos los tiempos. Una iglesia local se reúne regularmente para predicar la Palabra de Dios y adorar al Señor conforme lo establecido en Su Palabra. Los creyentes son llamados a tener comunión los unos con los otros, dando testimonio del amor de Dios en Cristo Jesús. En la iglesia local los creyentes deben participar de las ordenanzas dejadas por el Señor Jesucristo: el bautismo y la Cena del Señor.
(Mateo 16:17-19, 1 Corintios 12:12-13, Hechos 14:21-23, Hechos 20:28, Efesios 2:17-22, 1 Pedro 4:7-11, Mateo 28:18-20, Mateo 26:26-29)
Creemos en la existencia del cielo y del infierno. Las almas de los justos van al paraíso después de la muerte, mas las almas de los impíos van a la condenación. La iglesia del Señor espera por el día final, un día donde todos los hombres comparecerán delante de Dios para dar cuenta de sus actos. Creemos en el arrebatamiento de la iglesia antes de la Gran Tribulación así como la Segunda Venida visible y corporal del Señor Jesucristo, donde los santos serán glorificados y ascenderán al cielo para rendir cuenta de sus actos en el Tribunal de Cristo, recibir recompensas y estar para siempre con el Señor.
(Hechos 1:11, Hebreos 9:27-28, Lucas 23:39-43, 1 Corintios 15:50-53, Apocalipsis 20:11-15, 2 Corintios 5:6,-10 2 Tesalonicenses 1:6-10, 1 Tesalonicenses 4:13-18)